Durante el lavado, cientos de boquillas oscilantes barren la superficie exterior del cigüeñal proyectando agua caliente a presión de forma masiva, desde todas direcciones. En paralelo, se inyecta también agua dentro de los canales de lubricación del cigüeñal.
Todo el fluido proyectado en el lavado es previamente filtrado para asegurar la eliminación total de cualquier partícula.